Intolerancia o alergia ¿Qué es qué?

Estás en el supermercado. En la sección de lácteos. Vas decidida a coger la leche que siempre compras pero una conversación te detiene y hace que tengas que fingir no saber qué leche llevarte a casa.

+ Últimamente la leche me sienta bastante mal. Cuando me bebo un vaso, tengo que salir corriendo al baño. Es curioso porque hay veces que le doy un trago y no me pasa nada. 

-Seguramente seas alérgica a la lactosa esa. Llévate la leche sin lactosa, verás que no te da problemas. Y, olvídate de comer yogures y quesos. 

+ ¡Ay! no me digas eso, que yo no puedo vivir sin el queso de la Mancha…

Tras depositar la leche en tu carrito alejándote de esa conversación, te preguntas: pero, si mi sobrino es intolerante a la lactosa, no alérgico. Y sí que puede tomar algunos yogures y quesos. Entonces, ¿qué diferencia hay entre la intolerancia y la alergia? 

Es normal la confusión entre estas dos patologías ya que ambas son consecuencia adversa del consumo de ciertos alimentos. Pero no son iguales. 

¿Qué diferencias hay entre intolerancia y alergia?

En las alergias, el sistema inmunitario, nuestra defensa, identifica al alimento como una amenaza por lo que organiza un ataque contra él.  El resultado son síntomas a nivel gastrointestinal, cutáneo, respiratorio y sistémico, e incluso se puede producir un shock anafiláctico conduciendo a la muerte. Los causantes de esta batalla, a los que denominan alérgenos, suelen ser proteínas.

En las intolerancias no participa el sistema inmunitario sino que tiene que ver en la forma de procesar los alimentos. Generalmente están causadas por hidratos de carbono los cuales no pueden ser descompuestos correctamente por falta de herramientas llamadas enzimas. Los síntomas suelen ser principalmente gastrointestinales (diarrea, flatulencias, hinchazón).

Otra de las diferencias se encuentra en la dosis-respuesta. Una dosis mínima puede desencadenar una reacción alérgica, mientras que, en las intolerancias, dependerá de la cantidad que pueda tolerar cada uno. Por lo tanto se tiene que tener más cuidado cuando una persona es alérgica, dado que las consecuencias son más grandes con muy poco. 

¿Cómo podemos saber si somos intolerantes o alérgicos?

La forma de diagnóstico es acudir al médico e informarle de los síntomas que padeces cuando tomas cierto alimento. Él se encargará de hacerte las pruebas pertinentes. Nunca se debe realizar un autodiagnóstico. 

Es importante que tengas en cuenta que los test de intolerancia a alimentos que se realizan en algunos establecimientos donde te prometen decirte si te sientan bien o mal algunos alimentos (suelen ser 200) a través de una prueba  llamada bioresonancia o una prueba de sangre o saliva, no están validados. Lo único que se persigue con ellos es conseguir dinero. 

Por lo tanto, esa persona a la que le sienta mal beberse un vaso de leche pero no un trago, probablemente sea intolerante a la lactosa y no alérgica. La razón es porque no se es alérgico a la lactosa, se es alérgico a las proteínas de la leche. Además, esa señora podría tomar ciertos yogures y quesos manchegos si padeciera intolerancia a la lactosa, ya que el contenido de este azúcar es bajo en ese tipo de productos. 

Si necesitas ayuda con tu alimentación porque crees que tienes una intolerancia o alergia acude a tu médico para confirmar el diagnóstico. No te autodiagnostiques porque puedes perjudicarte.

En ekilib estaremos encantadas de poder ayudarte a adaptar tu alimentación si fuera necesario.

Puedes contactar con nosotras en nuestra clínica de nutrición en Miguelturra o bien mediante nuestra consulta on line

 

Fuente: Tratamiento nutricional médico en las reacciones adversas a los alimentos: alergias e intolerancias. En: Krause. Dietoterapia. 13 ed. Capítulo 26.