Actualizado: 11 noviembre, 2024
Cada 29 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Corazón, una ocasión que en Ekilib queremos aprovechar para reflexionar sobre los aspectos básicos de la enfermedad cardiovascular (ECV), la principal causa de muerte en todo el planeta. Esta condición se origina por múltiples factores, entre los más comunes, el tabaquismo, la diabetes, la hipertensión y la obesidad, la contaminación del aire o patologías menos comunes, como la enfermedad de Chagas o la amiloidosis cardiaca.
Con motivo del Día del Corazón, exploramos algunas de las enfermedades cardiovasculares más comunes en España. Estas enfermedades se pueden originar por distintos factores, no todos son derivados de patologías extrañas, algunos son por hábitos poco saludables que tenemos frecuentemente en nuestra vida, que a la larga afectan a nuestro órgano vital. Una dieta insalubre, la inactividad física, el consumo de tabaco y alcohol son factores de mucho riesgo para sufrir insuficiencias y ataques cardíacos, entre otros. Es muy importante darle visibilidad a la enfermedad cardiovascular y concienciarnos a nosotros mismos y a las personas que nos rodean de lo importante que son las acciones que tomamos ahora para el futuro de nuestra salud.
¿Cuáles son las enfermedades cardiovasculares más comunes en España?
Las enfermedades cardiovasculares representan una de las principales causas de mortalidad en España, afectando a miles de personas cada año. Estas afecciones no solo tienen un impacto considerable en la calidad de vida de quienes las padecen, sino también en el sistema de salud, dada su prevalencia y complejidad en el tratamiento. Entre las más comunes encontramos:
- Cardiopatía isquémica: Abarca afecciones como la angina de pecho y el infarto de miocardio, resultantes de una disminución del flujo sanguíneo al corazón. Representa aproximadamente el 31% de las muertes cardiovasculares, siendo más prevalente en hombres (39%) que en mujeres (25%).
- Enfermedad cerebrovascular: Incluye eventos como el ictus, causados por la interrupción del flujo sanguíneo al cerebro. Constituye alrededor del 29% de las muertes cardiovasculares, afectando ligeramente más a mujeres (29%) que a hombres (25%).
- Insuficiencia cardíaca: Se caracteriza por la incapacidad del corazón para bombear sangre de manera eficiente, lo que provoca síntomas como fatiga y dificultad para respirar. En 2006, causó 18.895 muertes en España, representando el 15,6% de la mortalidad cardiovascular total.
- Arritmias: Alteraciones en el ritmo cardíaco que pueden manifestarse como palpitaciones, mareos o incluso pérdida de conocimiento.
¿Qué relación tienen estas enfermedades con la nutrición?
La nutrición juega un papel crucial en el desarrollo, prevención y manejo de las enfermedades cardiovasculares. Una alimentación inadecuada, rica en grasas saturadas, azúcares y sal, puede contribuir significativamente a factores de riesgo como la obesidad, la hipertensión, el colesterol elevado y la diabetes, todos ellos estrechamente relacionados con el desarrollo de afecciones cardiovasculares. A continuación, exploramos cómo los diferentes aspectos de la nutrición influyen en cada una de estas enfermedades.
1. Cardiopatía isquémica y colesterol elevado
La cardiopatía isquémica, provocada en gran parte por la obstrucción de las arterias debido a la acumulación de placas de colesterol, está directamente influenciada por la dieta. Un alto consumo de grasas saturadas y trans, presentes en alimentos ultraprocesados, carnes rojas y productos lácteos enteros, aumenta los niveles de colesterol LDL (conocido como «colesterol malo»). En cambio, una dieta rica en frutas, verduras, grasas insaturadas (como el aceite de oliva) y alimentos ricos en omega-3 (presentes en pescados como el salmón y el atún) ayuda a reducir los niveles de colesterol LDL y aumenta el colesterol HDL (colesterol “bueno”), protegiendo así el sistema cardiovascular.
2. Enfermedad cerebrovascular e hipertensión
La hipertensión es uno de los factores de riesgo más importantes para los accidentes cerebrovasculares. Un consumo elevado de sal aumenta la presión arterial y daña las arterias, lo que incrementa el riesgo de sufrir un ictus. Por esta razón, una dieta baja en sodio y rica en alimentos como frutas, verduras, legumbres y productos integrales contribuye a mantener la presión arterial en niveles adecuados. Además, el consumo de alimentos ricos en potasio, como los plátanos, las patatas y las espinacas, también ayuda a contrarrestar los efectos negativos del sodio en el organismo.
3. Insuficiencia cardíaca y retención de líquidos
La insuficiencia cardíaca se caracteriza por la incapacidad del corazón de bombear sangre eficientemente, lo que genera retención de líquidos. En estos casos, la dieta debe ser cuidadosamente controlada para reducir la ingesta de sodio y líquidos. Además, el sobrepeso y la obesidad, que suelen ser consecuencias de una dieta desequilibrada, pueden empeorar la insuficiencia cardíaca al poner mayor presión en el corazón. Por lo tanto, una alimentación balanceada y controlada en calorías es esencial para reducir la carga sobre el corazón y mejorar los síntomas de esta enfermedad.
4. Arritmias y el rol de los electrolitos
Las arritmias, o irregularidades en el ritmo cardíaco, están influenciadas en gran medida por el equilibrio de electrolitos en el cuerpo, especialmente el potasio, el calcio y el magnesio. Una dieta deficiente en estos minerales, común en personas que consumen pocos vegetales y frutas, puede aumentar el riesgo de arritmias. Incluir alimentos como verduras de hojas verdes, plátanos, frutos secos y legumbres puede ayudar a mantener el equilibrio de estos electrolitos y, por ende, contribuir a la estabilidad del ritmo cardíaco.
5. Valvulopatías y prevención de la inflamación
Aunque las valvulopatías pueden tener un origen genético o degenerativo, ciertos factores nutricionales pueden influir en su progresión. Una dieta antiinflamatoria, rica en antioxidantes, puede ayudar a reducir la inflamación crónica que afecta el funcionamiento de las válvulas cardíacas. Alimentos como frutas, verduras, frutos secos, pescado y aceites saludables aportan nutrientes que ayudan a reducir el daño oxidativo y a mantener la salud del tejido cardíaco.
Una alimentación equilibrada y adecuada es fundamental para prevenir y gestionar las enfermedades cardiovasculares. Adoptar una dieta basada en alimentos frescos y naturales, rica en nutrientes y baja en grasas saturadas y sal, puede mejorar significativamente la salud cardiovascular y reducir el riesgo de desarrollar estas afecciones. Además, adoptar buenos hábitos alimenticios, junto con el ejercicio regular y la reducción del estrés, forman la base para una vida más saludable y libre de enfermedades cardiovasculares.
¿Qué alimentos no son recomendables para pacientes con ECV?
Para las personas con enfermedades cardiovasculares, ciertos alimentos deben evitarse o consumirse con moderación, ya que pueden empeorar los factores de riesgo o agravar la condición existente. A continuación, se detallan los tipos de alimentos menos aconsejables para la salud del corazón y los motivos por los cuales deben limitarse.
1. Alimentos ricos en grasas saturadas y grasas trans
- Ejemplos: carnes rojas, embutidos, mantequilla, quesos grasos, productos lácteos enteros, bollería industrial, alimentos fritos y ultraprocesados.
- Motivo: Estos alimentos contienen grasas que aumentan los niveles de colesterol LDL (colesterol “malo”) en la sangre, lo que contribuye a la acumulación de placas en las arterias y puede derivar en enfermedades como la aterosclerosis, angina de pecho e infartos. Las grasas trans, presentes en la bollería industrial y las margarinas, son especialmente peligrosas ya que no solo elevan el colesterol LDL, sino que también reducen el HDL (colesterol “bueno”), afectando aún más la salud cardiovascular.
2. Azúcares refinados y carbohidratos simples
- Ejemplos: azúcar blanco, dulces, refrescos, jugos azucarados, pan blanco, pasteles y postres.
- Motivo: Los azúcares y carbohidratos simples contribuyen al aumento de peso, lo que puede llevar a obesidad y diabetes tipo 2, ambas condiciones estrechamente relacionadas con el riesgo cardiovascular. Además, un consumo elevado de azúcares provoca un incremento de los triglicéridos en la sangre, lo cual representa otro factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardíacas. Reemplazar estos azúcares con fuentes más complejas, como los cereales integrales y las frutas, es beneficioso para mantener los niveles de glucosa y lípidos en rangos saludables.
3. Alimentos con alto contenido en sal
- Ejemplos: alimentos procesados, conservas, embutidos, snacks salados, sopas instantáneas, salsas comerciales, alimentos enlatados y productos precocinados.
- Motivo: El consumo excesivo de sal aumenta la presión arterial, lo cual es uno de los principales factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares como la hipertensión y los accidentes cerebrovasculares. La Organización Mundial de la Salud recomienda limitar el consumo de sal a menos de 5 gramos al día para evitar estos problemas. Además, en lugar de utilizar sal en la cocina, se pueden emplear especias y hierbas para dar sabor a los alimentos sin perjudicar la salud.
4. Carnes rojas y procesadas
- Ejemplos: carne de res, cerdo, salchichas, chorizo, tocino y otros embutidos.
- Motivo: Las carnes rojas y procesadas son ricas en grasas saturadas y, en algunos casos, contienen altos niveles de sodio debido a los procesos de curado y conservación. El consumo frecuente de estos productos se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. La alternativa recomendada es optar por fuentes de proteína magras, como el pescado, el pollo sin piel, las legumbres y los frutos secos, que aportan beneficios sin los riesgos asociados.
5. Refrescos y bebidas azucaradas
- Ejemplos: refrescos, jugos envasados, bebidas deportivas y energéticas con alto contenido de azúcar.
- Motivo: Estas bebidas contienen cantidades elevadas de azúcar que pueden contribuir al aumento de peso, la resistencia a la insulina y el desarrollo de diabetes tipo 2. Todos estos factores aumentan el riesgo de enfermedades cardíacas. Además, algunos estudios sugieren que el consumo de bebidas azucaradas está relacionado directamente con un mayor riesgo de infarto. La recomendación es optar por agua, infusiones sin azúcar y, si se desea algo de sabor, añadir rodajas de frutas al agua.
6. Alimentos fritos y rebozados
- Ejemplos: papas fritas, pollo frito, aros de cebolla, empanizados y cualquier alimento cocinado en aceites reutilizados.
- Motivo: Estos alimentos suelen cocinarse en aceites que, al calentarse a altas temperaturas, liberan compuestos tóxicos y grasas trans. Las frituras y rebozados aportan muchas calorías vacías que pueden contribuir al aumento de peso y a la acumulación de colesterol en las arterias. Además, los aceites utilizados varias veces en la fritura se oxidan y generan sustancias perjudiciales para el corazón. Como alternativa, se recomienda cocinar al horno, a la plancha o al vapor para reducir el consumo de grasas perjudiciales.
7. Alcohol en exceso
- Ejemplos: bebidas alcohólicas como cerveza, vino, licores y cócteles.
- Motivo: El consumo excesivo de alcohol puede llevar a hipertensión, arritmias y a un aumento de los triglicéridos en la sangre, todos factores que incrementan el riesgo cardiovascular. Aunque se ha sugerido que un consumo moderado de vino tinto podría ofrecer beneficios, lo ideal es limitar el consumo de alcohol y, si se elige beber, hacerlo con moderación (por ejemplo, una copa de vino ocasional).
Menú personalizado para pacientes con enfermedad cardiovascular
Es muy recomendable incorporar a su dieta alimentos ricos en magnesio, por ejemplo, legumbres, frutos secos o cereales. Igual de importante es reducir la sal. No incorporándola de forma directa a los alimentos y sustituir por limón, especias, vinagre o hierbas. Siempre que sea posible escoger productos frescos, carne y pescado fresco, frutas y vegetales, puesto que contienen poca sal.
Estas recomendaciones, sin duda, te servirán de guía para planificar tu dieta y cuidar tu salud cardiovascular. Recuerda que en Ekilib nos especializamos en nutrición clínica y podemos ayudarte en la planificación de un menú personalizado para tratar tu condición. No dudes en contactarnos y agendar una cita con nosotros.
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